viernes, 13 de enero de 2012

Tú, que te hiciste inseparable para mi.


Entonces te das cuenta de todo. De que el problema no eres tú, si no la edad del pavo. De que realmente no sé nada. Pero lo que si sé es que la tristeza más amarga se convierte en venda, para no dejar ver la realidad. Tapan unos ojos hechos polvo.
Pero de repente vences tus miedos y se lo dices. La dices que te duele ver la así. Tal vez sea egoísta pero si lo tenía que decir, lo digo sin temor alguno.
Aprendí de ti, que hasta la tristeza más amarga se puede convertir en la más dulce. O que cada día tiene una sonrisa diferente. A veces más grande, otras no. Pero siguen siendo sonrisas de felicidad. Felicidad gracias a ti.
En aquellos momentos malos los quisiste pasar junto a mi, o aquellos en los que la locura se apoderaba de mi. No te diste cuenta pero con cada acción, hacías que el trocito de corazón que ganaste, se hiciera más grande poco a poco. He de decirte que he llegado al punto de pasar de un “te quiero” a un “te amo”. Esta palabra se queda corta, pero a la vez son perfectas, porque así no he de estar repitiéndote todos los días que gracias por existir, o que gracias por haber caído en mi vida, porque solo tú consigues sentir lo que soy, no lo que parezco. Que con tu sonrisa, me alegras el día. O que eres la única que conoce el mapa de mi alma. Ahora no temo a la caída, ¿y sabes por qué? Porque sé que si caigo, estarás ahí para apoyarme. Y yo, estaré para que durante tu camino, te quite las pequeñas piedras, para evitar que te caigas.
Estos días he querido desaparecer, pero tenía un motivo para no hacerlo. Adivina.
También te voy a decir que la vida no se vive por las veces que respiras, si no por los momentos que te dejan sin aliento, y que sin aliento te dejaré en cuanto te vea, porque estos días he echado de menos tus abrazos, tu sonrisa, tu besicos en la mejilla, te he necesitado. Y si algún día me dices que me quede contigo hasta el final, yo orgullosa te contestaré con un simple, no, porque hasta el final no quiero, quiero quedarme siempre.
Si alguna vez estas triste, sonríe, porque no hay mayor tristeza que la tristeza de no verte sonreír, porque esto me mata, y porque he de decir que tu sonrisa, es preciosa. Y nunca pienses en mi, no hace falta, piensa en ti, pero hay una cosa que es incluso más grande, piensa en las cosas que se pueden hacer juntas.
Tu sola, has estado recorriendo un camino, y  te tienes que sentir orgullosa de ello porque seguramente has sido feliz y aun lo eres, y que en ocasiones nadie haya llegado a entender del por qué, pero la mejores sonrisas son las que no tienen motivo, porque son las que no se olvidan. En el camino no tengas miedo nunca, y no des la impresión de no ser fuerte, porque por desgracia en esta vida sobrevive el más fuerte,  yo estoy entre los que no saben que hacer con su vida, porque no saben si son fuertes o débiles, pero tú, querida amiga, eres fuerte.
Por último quiero decirte que cuando pienses que no eres feliz en tu vida, recuerda que alguien es feliz porque existes. Gracias.

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