viernes, 3 de febrero de 2012

Mil noches esperándote.


Y sí, ha vuelto a suceder, mis noches
ya no tienen sentido, no tienen estrellas
no tienen luna, solo oscuridad.

Mi cuarto es testigo de mi soledad
de mis llantos, de mis arrebatos
de querer tenerte y no poder.

Al llegar el día haces que el dolor
más agudo, pasé por mi alma sin dejar
rastro alguno. Porque el simple hecho
de amarte, y que no te des cuenta
hace que cada día lo haga más y más.

Por ser masoca, he querido volver a donde
me miraste por última vez,
para quedarme allí eternamente.

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