Hace tiempo soñé que todo que me pasaba superaba la felicidad de maneras sobrenaturales.
Soñé que era fuerte.
Soñé que no había discusiones entre mis amistades y mi familia.
Soñé que alzaba la voz, diciendo lo que pensaba, sin temer a nadie, sin temer lo que me dirían.
Soñé que no tenía miedo. No tenía miedo de fallar, ni de caer. No tenía miedo de lo que me pudiera ocurrir. No tenía miedo de la soledad. No tenía miedo de amar. No tenía miedo de sentir. No tenía miedo de ser diferente. No tenía miedo de ser como realmente quería ser…
Soñé que paseaba, como cualquiera otra tarde de primavera por mi rincón favorito; ese escondido del mundo y que emana tantísima tranquilidad a mi ser, entre los altos árboles.......... Cogida a Él de la mano.
Soñé que se paraba y me cogía de la cintura, mirándome a los ojos. Soñé que muy lentamente se acercaba a mi. Y soñé como nuestros labios se rozaban, como se fundían el uno con el otro. Soñé su sabor. Soñé el calor de su cuerpo pegado al mío. Soñé las mariposas dormidas como alzaban el vuelo en mi estómago, creando un gran efecto. Soñé un TE QUIERO deslizándose por sus labios en un suspiro.
Y soñé que todo era perfecto.
Ahora me doy cuenta de que dejar de soñar para luchar por todo aquello que deseaba ha tenido sus grandísimas ventajas.
Deje de soñar…
Porque, aunque no lo creas…. La realidad puede superar los sueños.
Soñé que era fuerte.
Soñé que no había discusiones entre mis amistades y mi familia.
Soñé que alzaba la voz, diciendo lo que pensaba, sin temer a nadie, sin temer lo que me dirían.
Soñé que no tenía miedo. No tenía miedo de fallar, ni de caer. No tenía miedo de lo que me pudiera ocurrir. No tenía miedo de la soledad. No tenía miedo de amar. No tenía miedo de sentir. No tenía miedo de ser diferente. No tenía miedo de ser como realmente quería ser…
Soñé que paseaba, como cualquiera otra tarde de primavera por mi rincón favorito; ese escondido del mundo y que emana tantísima tranquilidad a mi ser, entre los altos árboles.......... Cogida a Él de la mano.
Soñé que se paraba y me cogía de la cintura, mirándome a los ojos. Soñé que muy lentamente se acercaba a mi. Y soñé como nuestros labios se rozaban, como se fundían el uno con el otro. Soñé su sabor. Soñé el calor de su cuerpo pegado al mío. Soñé las mariposas dormidas como alzaban el vuelo en mi estómago, creando un gran efecto. Soñé un TE QUIERO deslizándose por sus labios en un suspiro.
Y soñé que todo era perfecto.
Ahora me doy cuenta de que dejar de soñar para luchar por todo aquello que deseaba ha tenido sus grandísimas ventajas.
Deje de soñar…
Porque, aunque no lo creas…. La realidad puede superar los sueños.
Me encanta esta entrada...
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